viernes, 25 de mayo de 2012

¡Viva la Patria!


Muchas veces escuchamos la palabra libertad y casi siempre la relacionamos con el hecho que hoy nos reúne: la liberación del yugo de España.
Si bien ese fue el primer paso para que todos los argentinos de todas las épocas disfrutáramos de la libertad, cada uno de nosotros, cada día, es libre a través de sus acciones.
Los chicos de cada rinconcito de Argentina disfrutan de esa palabra, como ustedes, aunque a veces no la comprenden.
Se preguntarán: ¿cómo?, ¿cuándo?. Muy simple: la libertad tiene que ver con la posibilidad de poder elegir.
En cada situación, en la que eligen realizar alguna acción, cada uno de ustedes está usando su libertad. Cuando deciden hacer sus tareas, jugar, mirar televisión, ayudar a su familia, bañarse, tener amigos, venir a la escuela y tantas cosas que, diariamente, tienen posibilidad de hacer.
¡Eso es ser libre! Poder actuar eligiendo lo que queremos hacer, pero sin perjudicar a los demás.
Nosotros hoy no tenemos necesidad de luchar, como lo hicieron los Patriotas de Mayo, para lograr ser libres, ya que ellos no eran dueños de sus decisiones. Pero sí debemos defender la libertad que poseemos, eligiendo las cosas buenas y desechando las malas, siendo respetuosos de las demás personas y de su libertad. De esta forma lograremos, como los Hombres de Mayo, ser libres, y también seguir construyendo un país en el que se pueda vivir en paz.

Así festejó los 202 años de la Revolución de Mayo, nuestra querida escuela. 

Click to play this Smilebox slideshow
Create your own slideshow - Powered by Smilebox
Make a slideshow design


domingo, 13 de mayo de 2012

Nuestro verdadero obstáculo...

En una ocasión se le pidió a un filósofo muy respetado que explicara cuál era el mayor obstáculo que un ser humano tenía que superar para vencer sus miedos:
“El mayor obstáculo siempre es uno mismo”. El filósofo aseguró que un perro se lo había enseñado:
“Paseando por la orilla de un río vi a un perro que se moría de sed. El animal apenas se atrevía a acercarse al agua, pues cada vez que lo hacía confundía su propio reflejo con el de otro animal.
Tenía tanto miedo a ser atacado que no paraba de ladrar y permanecía a metros de la orilla. Sin embargo, tal era su sed que finalmente se lanzó al agua. Y el otro perro, que era su obstáculo, desapareció. Y así fue como, al enfrentarse a su supuesto enemigo, aquel perro se venció a sí mismo.”

El puente y el puentecillo.

Un hombre, después de muchos años de trabajo y meditación sobre la mejor manera de atravesar el río que pasaba delante de su casa, construyó con unos troncos sostenidos por cuerdas un puentecillo sobre él. Pero los habitantes de la aldea raramente osaban atravesarlo, por causa de su precariedad. Un buen día, apareció por allí un ingeniero. Junto con los habitantes, construyeron un puente, lo que dejó enfurecido al constructor del puentecillo. A partir de entonces, él empezó a decir a todo quien quisiera oírlo, que el ingeniero había faltado al respeto a su trabajo. -¡Pero su puentecillo aún está allí!- le respondían los habitantes. -Y es un monumento a sus años de esfuerzo y meditación. -Nadie lo usa -insistía el hombre, nervioso. -Usted es un ciudadano respetado, y le apreciamos mucho. Solo que la gente encuentra el puente más bello y útil que el puentecillo, ¡qué se le va a hacer! -¡Pero ese puente está cruzando mi río! -Pero señor, a pesar de todo el respeto que sentimos hacia su trabajo, debemos decirle que el río, no es suyo. Puede ser atravesado a pie, por barco, a nado, de la manera que queramos; y si las personas prefieren cruzarlo por el puente, ¿por qué no se ha de respetar su deseo? Finalmente, ¿cómo podemos confiar en alguien que, en vez de intentar mejorar su puentecillo, pasa todo el tiempo criticando el puente? Paulo Coelho